lunes, 8 de diciembre de 2014

Maravillas.

Ayer me sucedió algo bello.

-No me digas.

Te digo y te lo firmo, estaba en...

-Que no me digas, ya lo sé. Recuerda que lo sé todo.

Tendrás que tener paciencia, es importante para mí contártelo. No me sirve que sólo lo sepas y ya.

-...

Bueno. Estaba en el paradero, esperando la micro como todos los días, cuando se posó un pájaro como a un metro de mí. Un ave fantástica, los colores eran de gorrión, pero tenía las patas largas y también las cola. Su porte era más altivo, y caminaba elegantemente, no rengueaba como las palomas o los mismos gorriones. Allí, tan cerquita y tan confiado que me miraba a la cara. Hermoso.

-La hora a la que sales está plena de actividad, los animales despiertan con el sol.

Sí, lamentablemente, al mirar a mi alrededor me di cuenta de que era yo la única que había disfrutado del maravilloso espectáculo. Todos los demás miraban sus celulares.

-Ya te decía yo que el hombre dejó de ver las maravillas del mundo cuando conoció los smartphones. Ahora mis creaciones son para los animales, ellos si aprecian mi trabajo.

Yo también lo hago, me encantó la experiencia del pájaro. Gran detalle, gracias.

-Estoy para servirte.

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